CAPÍTULO 10

     23 de Octubre de 2020


     Alx bufó con una sonrisa al ver a su cita bajar del taxi, se acercó a él y lo saludó, entraron después de ponerle el antifaz al chico, el que definiría el cierre de esa historia, después de ello, acabaría con todo, con el sufrimiento de su pasado.

     Pocos minutos de estar conviviendo, uno de los directores de la escuela comenzó a anunciar a los nuevos bailarines del grupo élite, sobaba sus manos con nerviosismo, sabía que buscaba a alguien y ese alguien tenía un antifaz diferente al que debía tener.


     - Quien interpretará a Odette, el cisne y Odile, el cisne negro será... - el director miró con atención el papel. - Nadia Álvarez. - una oleada de aplausos invadió el salón, pero Nadia no apareció, por lo que los aplausos comenzaron a apagarse. - Parece que hubo un contratiempo ya que hoy no se podrá presentar. - interrumpió el director el gran cuchicheo que se asomó entre los partícipes de la reunión. - Ahora para cerrar el gran elenco, el príncipe Sigfrido será... - observó con atención al público. - Alexander Quiroz. - se volvió a presentar los estruendosos aplausos, que pronto se apagaron al ver que tampoco estaba presente. - Parece ser que los grandes protagonistas nos quieren dar la respuesta.


     Después de esa gran presentación del reparto, la gente volvió a su rutinario convivio, muchos se acercaban a los nuevos alumnos a felicitarles.

     La gran noche se había vuelto aburrida, Alx no sentía ganas de seguir ahí, persuadió a su acompañante para poderse ir, el chico aceptó sin reprocharle lo temprano que saldrían de ahí.


     Peralta fastidiada encendió el auto, cuando Martínez la detuvo.


     - ¿Qué haces?

     - ¿Seguro que hoy se cumplen 3 años de la muerte de Lilia? - asintió Martínez. - Yo no lo creo, debemos irnos de aquí.

     - Espera, mira... ahí está nuestro ángel de la muerte.


     Alx y su cita caminaron un poco, el antifaz no había empezado a tomar efecto, en cambió el rostro del sujeto comenzaba a ponerse rojo, tenía que terminar con todo en ese instante.


     - ¿Te agradó estar ahí? - dijo Alx con seriedad.

     - Sí, de hecho es la primera vez que me presento a una reunión así. - sonrió el chico mirando hacia abajo.

     - ¿En serio? - lo único que pasaba por la mente de Alx era terminar con todo esto. - Espero volver a invitarte. - pero algo en su mente sabía que iba mal, estaba al borde de la locura, comenzó a sonreír maliciosamente, todo su rostro dio a conocer la desfigurada demencia que llevaba en su cabeza por mucho tiempo. - Si es que no mueres. - comenzó a reír frenéticamente, el chico miró con estupefacción a Alx al no reconocer quién era en ese momento.

     - ¿Qué... qué hicis... te? - sabía que era imposible zafarse de la situación al ver aquel rostro que se ve en las películas y que describen los autores dentro de los libros, sabía que corriera o no, Alx estaba en la delantera.

     - Puedes quitarte el antifaz... si quieres morir, mi querido Arturo. - el cuerpo del chico parecía no responderle, quedó estático al escuchar a Alx decir su nombre. - Te habrás enterado de tu gran equipo, eres el último de la fiesta. - se acercó y lo abrazó cómodamente, se acercó a su oído y susurró claramente. - Ahora yo les regreso su favor.


     El chico no se movía del miedo, Alx se mantenía frente a él, lo único que quedó por hacer fue dejar soltar el gas, él cayó al suelo con el rostro petrificado del miedo, sin piel, sólo músculos desgarrados por el antifaz.

     Pronto se quitó la peluca, se cambió el antifaz y caminó por la parte trasera del Palacio, Peralta quiso salir corriendo a arrestar a Alx, pero Martínez tenía una mejor idea.


     Nadia iba apresurada, corrió hasta que chocó con alguien.


     - Lo sien... - se quiso disculpar hasta que vio al chico de antes. - Hola. - se sonrojó.

     - Hey, Nadia. - volteó Alexander con su gran sonrisa que lo caracterizaba. - ¿Apenas vienes o ya te vas?

     - Apenas llegó ¿y tú?

     - Igual. - se volteó y mostró seriedad, caminaron juntos hasta la puerta principal. - Supiste que somos los principales de la obra estelar.

     - ¿Cómo sabes?

     - ¿Tu madre no te ha contado nada? - Nadia negó con la cabeza


     Entrando la gente los recibió con estruendosos aplausos, gritos de ánimo y abrazos de los invitados, ellos intercambiaron sus miradas, se encogieron de brazos con una sonrisa a aceptar los halagos.


     30 de Octubre de 2020


     Era día de billar, Rubén saldría con sus compañeros del trabajo para sacar el estrés de la semana, en cambio se encontraba en un cuarto oscuro, atado de manos y pies, el olor a sustancias químicas lo habían despertado, estaba tirado en el suelo sin ningún rastro de cómo había llegado ahí. No lograba visualizar nada, el frío y la confusión lo había llevado a tener un escalofrío que erizo su piel, dejando sus vellos en punta, se quiso levantar, pero algo andaba mal, no sentía sus brazos, ni piernas, lo único que podía controlar en ese momento eran sus pensamientos, ya que el grito de auxilio se había apagado en su interior, dejándolo inútilmente estresado.

     Pronto escuchó pasos en el techo, su vista se vislumbró con aquella puerta que se abrió de momento, cerró los ojos escuchando el rechinido de las escaleras por cada paso que daba la persona que bajaba tranquilamente.


     - Veamos que tenemos aquí. - la voz de aquella persona se escuchaba despreocupada. - Aún no despierta. - tomó el brazo de Martínez para sentir su pulso.

     - ¿Por qué? - pronunció con dificultad hacia la persona. - ¿Por qué? - le sujetó el brazo y lo inyecto.

     - Aún tengo cosas por hacer... - el detective comenzó a quedarse dormido nuevamente.

     - Eres... - su dificultad para hablar se había presentado de nuevo. - Demen... te.


     Sus ojos se cerraron poco a poco, aún lograba escuchar los pasos y la voz del sujeto. De pronto quedó en silencio el cuarto, a lo lejos se presentaron los quejidos de alguien llorando, el detective no podía abrir sus ojos, pero tenía la idea de que sólo había dos personas en el cuarto: él y el ángel de la muerte. Poco a poco cayó en un sueño profundo, recordando lo sucedido anteriormente.


Esto ha sido editado con la ayuda de Ingrid y Odette, sin ellas este texto estaría un poco polvoso, en fin, gracias por seguir leyendo querido lector <3 

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar