Duodécimo trabajo: Cerbero
Heracles recibe por fin su última tarea, el rey Euristeo le pide llevar a Cerbero ante él. El perro de tres cabezas llamado Cerbero es hijo de Tifón y Equidna, esta gran bestia se encuentra como cuidador de las puertas del inframundo, donde no permite el paso a humanos, a menos que sean sus amos, y tampoco permite que un alma se escape.

Heracles acepta la misión y comienza a buscar la mejor entrada del Hades, llegando así a Eleusis, la tierra arada por Deméter. Como solo la gente que vivía ahí se le permite entrar al ritual secreto, Heracles le ofrece su vestimenta del León a Filio, el lo acepta y lo adopta, pero no solo eso, también lo purifica de la matanza de los centauros. En ese ritual conoce los misterios menores de la otra vida y es así como baja al inframundo.
Llegó por la parte del río Estigia, donde se encontraba un barquero ciego, era Caronte, hijo de Nix y Érebo, ahí Heracles le pagó para hacerlo cruzar el río, subió a la rechinante barca y Caronte se dio cuenta que era humano, ya que la barca solo rechinaba con aquellos que no eran almas, pero el decidió seguir su camino, aunque eso provocará un castigo de ser encadenado por un año. Una vez que cruzó, comienza a ver las almas de ciertos dioses y héroes, entre ellas Medusa y el príncipe de Calidón, Meleagro, que preocupado por su hermana Deyanira, le hace prometer a Heracles que la desposaría para que ella no se quedará desamparada.
Durante su travesía en el inframundo, comenzó a ayudar a las almas, se encontró después con dos humanos: Teseo y Piritoo. Estos hombres que quisieron secuestrar a Perséfone, los libera de la silla que estaban encadenados, pero no los logra salvar. Luego mata a una vaca negra. Pero Menecio lo ataca, pidiendo pelea, pero cesó la lucha gracias a la presencia de Perséfone, ella hablo con Heracles y él le pide hablar con Hades, lo cual ella accedió y lo guió hasta su palacio, donde se encontraba Cerbero. Una ve que llegaron, Cerbero movió la cola en forma de bienvenida a Perséfone. Ahí Heracles le pidió a Hades prestarle a su perro, el accedió con la condición de que pelearan sin uso de armas, Heracles aceptó.

Tras la lucha, Hades cree que su perro lo derrotaría y se lo comería, pero nada de eso pasa, ya que Heracles le da gran pelea, hasta que por fin logra derribarlo. Luego lo encadena y comienza a caminar por el inframundo hasta que logra salir. Afuera el perro ladra y chilla, ya que no está acostumbrado a la luz solar. Llegan a Micenas, ahí el rey presencia a la bestialidad de Cerbero y da por teminada la misión, dejando en libertad al perro, el cual corre de vuelta a su casa.